A través del panel “Nosotras en el cine”, al cual se unieron con Karla Souza la directora Catalina Aguilar Mastretta, la productora Mónica Lozano y la guionista y actriz María Renée Prudencio para compartir sus experiencias e ideas.
Al inicio del diálogo, la presentadora Mara López dejó en claro que el panel traería una agenda de género a la mesa, no sólo con un toque especial, sino con retos especiales. Así, antes de tocar temas como si existe la igualdad de oportunidad para los géneros en el cine o una “mirada femenina”, todas estas extraordinarias mujeres contaron por qué escogieron desempeñarse en esta industria.
Mónica Lozano expresó por su parte que eligió el cine porque las narrativas audiovisuales pueden cambiar las oportunidades para las mujeres en general, incluso para aquellas que viven situaciones de violencia. Con su punto de vista coincidió Catalina Aguilar Mastretta, ya que admitió que desde su posición busca dar plataforma a más mujeres. Sin embargo, no estuvo de acuerdo con el concepto de cine femenino porque “cuando cuentas una historia, es una historia de personas”.
María Renée Prudencio contó que el momento en el que decidió dejar de actuar fue cuando, tras estar terriblemente contactada por haber llevado 10 horas de grabación, se dio cuenta que llevaba 20 años escenas donde sus personajes sufrían diversas formas de violencia. “Dije ‘no puedo más’, o sea, me estoy destruyendo el cuerpo”.
“Nuestra industria no es una industria que refleja, sino que propone cómo debe ser, que circula mandatos de género, mandatos a clase, que te dice a qué puedes aspirar según el género, a quién puedes amar según la sexualidad que tengas, qué derecho tienes sobre el espacio público según el color que tengas”, agregó al respecto de porqué decidió dedicarse al cine.
Además, Karla Souza tomó la palabra para poner como base la violencia de género y su más reciente película, La caída, para ejemplificar cómo el cine puede hacer una diferencia. “Hay muchas narrativas, muchas historias, muchas perspectivas, muchas formas de contar este tipo de historias y situaciones que vivimos en el país, y creo que es una cosa de comunidad, que también necesitamos a los hombres para poder seguir”, argumentó la actriz. “Estas historias contundentes que después logren cambiar legislación como Presunto culpable, La caída”.
Karla Souza añadió que, en realidad, la vida cotidiana no se hizo pensando en las mujeres; desde cómo se hizo el cinturón hasta las calles, desde la falta de toallas femeninas en un hotel hasta la ausencia de áreas de lactancia, obedecen más a las necesidades de los hombres porque ellos los crearon. Esto mismo, advirtió, es lo que ha hecho que, aunque se diga que hay igualdad, las mujeres y los hombres cargan con deberes y reconocimientos diferentes. “Lo que me interesa mucho es que lo visibilicemos para que nos demos cuenta de que la mujer, cuando llega el trabajo igualitario, el hombre todavía está cargando con muchas más cosas ante las cuales son invisibles”, dijo.
Posteriormente Catalina Aguilar Mastretta tocara el tema de los salarios en el cine: “Las mujeres pueden dirigir, producir y actuar, y sus salarios siempre van a ser menos de la mitad por exactamente el mismo trabajo. Entonces creo que eso es un problema de la industria gigantesco, que no hemos podido ni siquiera resolver en Hollywood se empieza a resolver, pero aquí le cuelga muchísimo tiempo”, comentó y surge así una invitación a no ser solidarios, sino justos, y exigir que se les paguen a los colegas bien.
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