Juntos, estrenan recientemente en Netflix la película Lo mejor del mundo, un proyecto que marca un punto de inflexión tanto en sus carreras como en su forma de entender el cine. "Esta película la dirigí yo y fue escrita por Tato. Además, estamos trabajando en otro largometraje que también dirigí, escribió y protagoniza Tato. Estamos ahora en postproducción. Lo levantamos de manera independiente y lo estamos produciendo nosotros mismos", explica Espinosa, destacando el carácter colaborativo e independiente que ha marcado su proceso creativo reciente.
Por su parte, Alexander subraya el carácter íntimo del proyecto: "Es un proyecto mucho más personal. Trabajamos con Memo Villedor y ha sido una experiencia muy especial. Lo mejor del mundo es una película emocional que nos permitió hablar sobre las relaciones entre padres e hijos, con mucha química entre los actores. Fue muy gratificante ver el resultado final."
Más allá de lo artístico, ambos comparten una mirada crítica y consciente sobre el estado actual de la industria. Espinosa identifica una tendencia que se está consolidando: “Después de una sobredemanda de contenido en años recientes, ahora las plataformas y estudios están apostando por menos proyectos, pero con historias más sólidas y mejor producidas. Los buenos resultados de producciones mexicanas en el último trimestre de 2024 y lo que va de 2025 lo confirman.”
Desde su experiencia como actriz y guionista, Alexander pone énfasis en la necesidad de seguir abriendo espacios a nuevas voces: “Yo solo espero que sigan existiendo oportunidades. Que se apueste por diferentes narrativas, nuevas formas de contar historias y que todos sigamos creciendo y haciéndolo mejor.”
Ambos, coinciden en la importancia de salir de la zona de confort y apostar por la evolución constante. Espinosa lo resume así: “Después de dirigir Harina, me ofrecieron muchos guiones similares, pero decidí no repetir fórmulas. Quiero encontrar mi voz como director, y eso implica explorar nuevas emociones, nuevas formas. Lo mejor del mundo es la película más emocional que he hecho, mientras que la otra que hicimos juntos con Tato es una comedia más independiente, existencialista y con un tono teatral.”
El futuro, aseguran, se ve prometedor. “Las audiencias están respondiendo muy bien a contenidos auténticos. Algunas producciones mexicanas han alcanzado los primeros lugares a nivel mundial. Creo que es momento de enfocarnos en historias con voz propia, que realmente quieran decir algo al espectador”, concluye Espinosa.
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