¿Cómo está posicionado el canal en el mercado chileno?
En Chile, un mercado que es relativamente pequeño, estamos viviendo un momento muy especial ya que hay una gran competitividad debido a que existen siete cadenas de televisión abierta que compiten entre ellas. Esta pugna hace que la competencia sea muy interesante, entretenida y apasionada pero, también, muy compleja. Chilevisión es un canal que tiene más de cincuenta años de existencia, que originalmente perteneció a la Universidad de Chile como una señal pública y de un tamaño menor. Sus pretensiones, con excepción de algunos años en la década del ochenta, eran ser un canal universitario. Al comienzo del 2000, el objetivo se modificó y salimos a competir en “las grandes ligas”. Por lo tanto, nos ha tocado participar protagónicamente en el desarrollo de este canal y en el desafío de transformarlo en una señal muy competitiva. Gracias a esto llegamos a ser el primer canal de Chile, el más visto y con los mejores números. La competencia entre los canales chilenos se ha ido estrechando cada vez más, aunque Mega inauguró un ciclo de éxito pero sabemos que la televisión es cíclica. Lo interesante es que esto es un mercado que tiene una extremada profundidad en la competencia. Se trata de una industria activa en televisión y, consecuentemente, se ha generado una actividad que tiene como resultado grandes producciones en telenovelas, noticias y secciones informativas y muy activa en deportes. Chilevisión está en esa ruta y estamos compitiendo mano a mano con todos los canales y, en ocasiones, somos los primeros, y en otras, segundos o terceros. La compra de del canal por el Grupo Turner influyó positivamente, a pesar que la televisora tiene una personalidad muy definida y la ha conservado desde hace 10 años, y esta alianza nos ha sido de mucha ayuda, por lo que podemos seguir desarrollando productos locales y adquiriendo en el extranjero.
¿Qué contenidos están produciendo y cuales están vendiendo a nivel internacional?
Básicamente, nosotros compramos telenovelas extranjeras que mezclamos con algunas locales. Como en todos los países de Latinoamérica, en Chile hay mucho consumo de este tipo de contenidos. Los canales emitimos, en promedio, entre tres y cuatro novelas por día y lo que nosotros hacemos es un mix entre telenovelas latinoamericanas de buena calidad que adquirimos en diversas partes del mundo ya que nosotros no tenemos un acuerdo cerrado con ninguna empresa, salvo en estos momentos que estamos por iniciar un negocio de mayor profundidad con Telemundo. Adquirimos los productos que necesitamos para cada época, nos gusta la compra “On Spot” que mezclamos con producción independiente, también, adquirimos formatos, por ejemplo, desarrollamos en el país la producción de Lo que callamos las mujeres, que es un producto mexicano de Azteca y lo desarrollamos con mucho éxito acá en Chile. Completamente local son nuestros matinales, las noticias, los programas franjeados como La Jueza, y nuestro prime time es una mezcla de desarrollos creativos chilenos con algunos programas que incluso hemos vendido al extranjero como Manos al Fuego, que el año anterior recibió un premio en Cannes. Entonces, mezclamos producción local de creación propia con formatos extranjeros como Talento chileno o Dancing with the Stars. Nuestro negocio es la producción de contenido, como grandes contadores de historias desde las noticias hasta la ficción, y debemos relacionarnos con las audiencias a través de programas, que podrán transitar a través de diferentes tecnologías como TV abierta, paga o internet.
¿Qué análisis hace de la televisión latinoamericana en general?
Primero que nada, observo que tiene la capacidad de crear grandes contenidos al mirar a México, Colombia, Brasil, Argentina, Perú y a los países no tan grandes. Gracias a la tecnología, hemos logrado desarrollar grandes posibilidades de producir a muy alto nivel. Nuestro gran desafío ahora es que nuestras historias se vuelvan internacionales. Para poder competir con Estados Unidos, Europa, India y Medio Oriente necesitamos tener la habilidad de relatar historias que se entiendan y se aprecien alrededor del mundo pero, técnicamente, estamos muy preparados. Hay grandes talentos en Latinoamérica y tengo mucha fe que cada vez se va a volver más igualitaria la competencia contra los tradicionales productores de contenido.
¿Cómo está parado Chilevisión respecto a la creación de contenidos y en tecnología?
Tenemos la fortuna de pertenecer a una corporación poderosa como Turner y esto nos posibilita el tránsito de nuestros contenidos a nivel internacional, como por ejemplo nuestra miniserie Ecos del desierto que TNT la transmitió por toda Latinoamérica. Esta es una facilidad de visibilidad en un mercado chileno que le cuesta salir al exterior, al ser un país que no tiene mucha tradición de vender en conjunto, por lo que siempre es un trabajo muy duro. Nosotros mezclamos productos muy originales nuestros como Manos al fuego o Mujeres de lujo con adquisiciones de formatos que desarrollamos en el canal: Talento chileno, Salta si puedes, etc.
Por otro lado, el canal está pasando por un salto tecnológico hacia el digital, un desafío muy importante para toda la televisión chilena no solo desde el punto de vista económico sino tecnológico. Estamos construyendo un nuevo espacio para el canal para tener mejores comodidades y facilidades para hacer contenidos, telenovelas, series y estudios, equipados con nueva tecnología.
Lo permanente de aquí en adelante serán los cambios pero no solo los tecnológicos sino los sociales, ya que las sociedades avanzan y evolucionan y las audiencias nos permitirán vivir mientras tengamos la capacidad de desarrollar un idioma y un lenguaje que nos comunique de una manera horizontal para que tengan éxito nuestras historias. Es cada vez más individual el uso de las tecnologías para relacionarse con distintos contenidos, sumado a las nuevas OTT y el uso masivo de los teléfonos móviles para el consumo audiovisual. Por eso debemos estar preparados para los cambios tanto sociales, como nuevos hábitos de consumo, y los tecnológicos.
© Newsline Report 2015