En diciembre de 2011, el entonces presidente Dmitri Medvédev propuso la idea de contar con un nuevo canal público de televisión, menos de dos semanas antes de que Moscú asistiese a las mayores manifestaciones antigubernamentales desde la caída de la Unión Soviética. Los manifestantes exigían la abolición de lo que llamaban "censura de facto" en los canales nacionales de TV, entre otros medios.
Año y medio después, surgió TV Pública, dirigido por Anatoli Lisenko. Se trata de un nuevo canal nacional, financiado por el Estado y con aires de la vieja era de la Perestroika. La televisión tiene una importancia crucial en la creación de opinión pública en Rusia, ya que, según las encuestas, es la principal fuente de noticias para alrededor de un 80% de la población.
Los principales objetivos de TV Pública, según su equipo directivo, son desarrollar la sociedad civil, promover valores morales universales e ilustrar y educar a la audiencia. Además de la historia del movimiento de los Pioneros, TV Pública ofrece debates sobre granjeros, autismo y un montón de historias de todo el país, desde un concurso de belleza de domadoras de delfines en Sochi hasta la fuga de una prisión en Siberia.
A juzgar por los comentarios que recibe la página web, el canal conecta bastante bien con su audiencia. "Me gustaría ver más programas educativos, programas sobre nuestro país, sus gentes y sus tradiciones", comenta Yekaterina Osmanova, de Tula. "Quiero que nuestros niños sepan más sobre su país y estén orgullosos de él", insiste.
La idea original de TV Pública, según la opinión del presidente Medvédev, era "hacer que el ambiente informativo sea más competitivo y, por tanto, más interesante. La televisión pública debería convertirse en una plataforma de discusión abierta sobre los asuntos más importantes que atañen a nuestro país y servir de mecanismo de comunicación entre el gobierno y el público", explicó Medvédev en una reunión ministerial.
Pero las voces críticas se preguntan cómo van a tener lugar debates abiertos en una cadena televisiva gestionada por el gobierno. El veterano presentador Vladimir Pozner señaló en una reciente entrevista con Dmitri Medvédev que existe "una dependencia directa de las autoridades" cuando el director general de la cadena es designado por el presidente. "Del mismo modo que uno es nombrado, puede ser destituido", expresó.
En una entrevista con BFM Radio, el rector de la Academia de Comunicación, Andréi Novikov-Lanskoi, explicó: "TV Pública se parece a la televisión soviética y está dirigido a una audiencia de mayor edad. El diseño, estilo y música evocan dolorosamente imágenes e impresiones de mi niñez".
Un 26% de los rusos está de acuerdo en financiar TV Pública con el dinero de los contribuyentes, pero un 59% no lo está, según una reciente encuesta realizada por la Fundación de Opinión Pública. El presupuesto anual del canal es de US$50 millones, que salen de las arcas del Estado. Las donaciones privadas son exiguas comparadas con la financiación estatal, y proceden principalmente del personal de la propia cadena y del personal del Ministerio de Comunicaciones, según el director, Lisenko.
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