¿Cuál es el objetivo de este cambio tecnológico y el proyecto del Estado?
Es un cambio en la forma en que se transmite y recibe la TV abierta. Partimos en el 2009 con motivaciones enmarcadas en una definición geopolítica, cultural y tecnológica. Uno de estos puntos era no quedar rezagados en la innovación tecnológica internacional respecto del principal medio de comunicación que tiene el país, la televisión abierta. También asociar al mismo sistema digital a Brasil, principal socio del Mercosur. A partir de esta decisión, impulsamos a desarrollar TDT a los países de la América cercana como Bolivia, Chile, Paraguay, Perú, Ecuador y Uruguay. Enmarcado en todas esas decisiones, avanzamos en Argentina sobre un 20% de la población que no tiene TV paga y, por lo tanto, ve algunos canales abiertos con los problemas tradicionales de los sistemas analógicos cuando se encuentra alejado de la zona donde se transmite o lugares donde no llega la televisión. Sobre esa base nosotros avanzamos y construimos el modelo. Esa es la génesis de la TV Digital Abierta.
¿En qué fase está el proyecto de TDA?
Debemos contextualizarla para medir su avance. Ningún argentino veía TV digital abierta hace tres años, por lo que el avance de todo el proyecto ha sido positivo. Instalamos 53 estaciones digitales de transmisión y casi el 72% de la población vive en lugares donde hay señal de TDA. Hasta el momento, hay 25 señales digitalizadas y, a los efectos de recepción, fueron distribuidos en forma gratuita más de un millón de conversores, instrumento con se accede a TV Digital, por más viejo que sea el televisor. Además, estamos en la investigación de mejorar la interactividad mediante la aplicación de software Ginga. También, alentamos a la creación de nuevos contenidos para la TDA. En síntesis, la TV Digital Abierta se encuentra con un panorama positivo.
¿Qué dificultades tuvo su implementación?
Los problemas nunca fueron en términos absolutos. Tuvimos dificultades atinentes a la creación de cualquier infraestructura, como la instalación de estaciones en grandes alturas en que se tiene que subir el material, problemas climáticos o lugares donde tuvimos que cambiar la locación fijada o no llegaba la provisión de energía eléctrica. Por otro lado, en algunos municipios no colaboraron en la medida que lo solicitaban los intereses de su población, como el caso de Neuquén, que merecía una respuesta más rápida pero demoramos por una tramitación administrativa innecesaria. También tuvimos opiniones encontradas con aquellos que no ven bien que mayor cantidad de gente acceda a TV gratuita. Quienes no tienen TV Paga puedan ver 15, 20 o 25 señales de manera gratuita. Muchos que tiene una expectativa empresarial en TV paga no les interesa el desarrollo de TDA. A pesar de las críticas, no se detendrá la marcha de la TV Digital abierta.
¿Cómo alientan la producción de nuevos contenidos?
El Consejo Asesor de Sistema Argentino de TV Digital tiene una política de fomento, equipamos y capacitamos a nuevos contenidos pero no de manera directa. Junto al Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (INCAA) y ahora junto al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), llamamos a concursos de contenidos en todo el país con un criterio federal y abordamos distintos géneros televisivos como ficción, documental, animación, piso, etc. El 65% del contenido realizado es del interior del país. Estos contenidos están a la espera de nuevas señales, que seguramente las primeras serán las provinciales o universitarias, que estén en la plataforma nacional de distribución de señales de TDA. Mientras tanto, los contenidos están alojados en el Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino (BACUA), aunque tenemos convenios con la TV Pública, algunas televisoras provinciales y canales de gerenciamiento privado, como Canal 9 y América, que emiten estos contenidos
¿Qué visión tiene del desarrollo en canales privados para TDA?
Cuando comenzamos con el proyecto de TDA abrimos un espacio de debate. Saldamos definitivamente el estándar y fuimos respetuosos que los dos canales líderes de TV abierta tenían otros sistemas: Canal 13 tenía el sistema americano, ATSC, mientras que Telefe exploraba el europeo, DVB-T. Con un muy buen tino, esas empresas se sumaron con entusiasmo a digitalizar al uso ISDB-T, norma que finalmente adoptó el país. Luego hubo disparidad de entusiasmo de los 33 canales privados, de los cuales 22 señales funcionan con regularidad y presencia notoria, que comenzaron su migración y experimentación. Esta transición la están haciendo muchos canales en el interior, al igual que los cuatro canales de gerenciamiento privado de Buenos Aires: Telefe y Canal 9 transmiten en digital, América está finalizando su migración y Canal 13 experimenta sin avanzar de una manera más decidida. Nuestra actitud es tener una posición colaborativa con las señales privadas de todo el país. Queremos que la gente vea más señales y diversidad.
¿Cómo se ordena el escenario comunicacional con la TDA?
El escenario en argentina es complejo porque ha habido un uso y abuso del espectro radioeléctrico que le quitó capacidad de ordenamiento. La digitalización en el caso de la televisión lo que ayuda es tener una utilización más optimista, inteligente y racional de espectro radioeléctrico. Primero porque el ancho de banda de 6 MHz hoy se pueden sacar cuatro o cinco señales, mientras que antes solo un canal de televisión. El ordenamiento se puede hacer de una manera mucho más concreta a partir de la digitalización de la TV y cuando termine este proceso. Hoy se convive con el 75% de bolsones analógicos del espectro de la TV analógica. En virtud del sistema digital que adoptamos va ser más fácil ordenar el espectro con un concepto racional e inteligente.
¿Por qué se apunto a proveer de tecnologías con empresas nacionales?
Seguimos el criterio de una lógica de aliento a la industria nacional. Lo que no se producía a nivel nacional, como los transmisores integrados, hubo que acudir a empresas extranjeras como NEC y Harris. Desarrollamos un plan de compra de industria nacional sobretodo a un cluster en Córdoba. Lo mismo ocurrió con los fabricantes nacionales de conversores. Esto sigue una lógica de la defensa de la industria nacional que genera mayor demanda profesional. Hoy asistimos a algo mucho más interesante que es la posibilidad exportable de conversores y transmisores a Paraguay, Venezuela y Bolivia. Hay una industria nacional no tradicional que genera ingresos para Argentina en virtud de exportar elementos digitales.
¿Hay asesoramiento o comparten experiencia con países de la región que desarrollan TDT?
Tuvimos reuniones prácticamente en todos los países de América y otros, inclusive con aquellos que no tiene la norma ISDB-T como México (ATSC) o Nigeria (DVB-T). Estos vieron con mucha satisfacción el modelo argentino de desarrollo de TV Digital. De alguna manera lideramos en la región porque el modelo de construcción de la TV Digital argentino es diferente al de Brasil, el otro gran emprendedor pero que dejaron su desarrollo librado al mercado. Mientras en Argentina hay una fuerte presencia del Estado que define la televisión digital como política pública y este modelo les interesa a países como Venezuela o Paraguay, Ecuador y Perú.
¿Cómo se desarrolla la interactividad en estos primeros años de la televisión digital?
Comenzamos con un piso de interactividad y avanzamos en mejoras en la posibilidad del retorno desde el punto de vista del receptor al emisor. El canal de retorno será mucho más fluido al avanzar Internet de banda ancha, donde se podrá generar un modelo interactivo con bibliotecas virtuales, turnos médicos, emergentología, sismología, anuncios climáticos, etc. De todos modos, avanzamos con el middleware brasileño Ginga que fue ampliado y desarrollado básicamente por investigadores argentinos para mejorar la interactividad.
¿Cuáles son los planes a futuro?
Esperamos terminar el 2012 con la instalación de 20 o 30 plantas transmisoras más. El año que viene trataremos de duplicar la cantidad y avanzar. Si bien el apagón analógico es para 2019, la idea es finalizar el proyecto de TDA en 2015. Hasta el momento, el balance es muy positivos porque, si bien priorizamos lo infraestructura, en cuanto a la instalación de plantas transmisoras a lo largo del país, cumplimos con las cuatro facetas que nos propusimos: transmitir, recibir, alentar contenidos federales e tener interactividad mediante la investigación del Ginga.