Tratar de retratar la esencia de una nación debe ser una de las tareas más complejas que hay; pero cuando nos encontramos con personas que son capaces de mantener las raíces propias de su gente, estamos frente a un pedazo de historia viviente. Así es cada capítulo de Amos del Pantano, la exitosa serie de A&E, que regresa en agosto en su cuarta temporada. Un verdadero trozo de la vida de Estados Unidos, que recoge el espíritu de ese país del norte y una de las virtudes que labraron el alma de las generaciones actuales: el coraje.
Los protagonistas de esta popular serie son, literalmente, “gente del pantano”. Ellos conservan un estilo de vida que ya tiene 300 años de vida y que dista mucho del tecnologizado y globalizado mundo moderno. Instalados en el rincón más alejado del estado de Luisiana, donde se encuentra el pantano más largo de los Estados Unidos, estos “pantaneros” viven en un mundo salvaje, donde la naturaleza es la que domina al hombre. Allí hacen gala de seguridad y arrojo a toda prueba, enfrentándose a estos temidos lagartos.
En esta cuarta temporada, A&E seguirá muy de cerca el quehacer de los protagonistas de Amos del Pantano en la época más importante del año para ellos: la temporada de caza de lagartos. Y como aditamento, veremos cómo la llegada de unos texanos “oportunistas” perturba a nuestros “pantaneros”, quienes no aceptan que alguien más venga a arrogarse el título de Rey del Pantano.
La captura y caza de lagartos es rigurosamente regulada en el estado de Luisiana, donde existe un programa de administración de lagartos que implementa medidas de conservación del ecosistema de los pantanos, con el consiguiente beneficio para las especies que en ellos habitan y para los propietarios, agricultores y cazadores. Debido a ello, solo es permitido que participen cazadores con licencia y la actividad está restringida a 30 días al año, en determinados pantanos y las aguas costeras de Atchafalaya en Luisiana.
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