El nuevo satélite Intelsat 27, que había sido programado para operar desde la ranura de 304,5 º este orbital, no llegó a destino tras que el cohete ruso-ucraniano que lo transportaba al espacio se precipitara al océano Pacífico a causa de un problema en el motor poco después de despegar, según ha informado la agencia de noticias estatal Itar-Tass.
Construido por Boeing, el diseño previsto para el nuevo satélite contaba con una expectativa de vida útil de 15 años e iba a proporcionar información para medios de comunicación, el Gobierno y otros clientes tanto de América como de Europa. Intelsat dijo que el servicio a los clientes en su actual Intelsat 805 y satélites Galaxy 11 no sería interrumpido como resultado de la falla.
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