Entre otras cosas, la pandemia de coronavirus ha provocado un fuerte aumento en el uso de internet para el que los proveedores de servicios simplemente no estaban preparados. Vodafone ha informado un aumento del 50% en el uso de datos de internet desde el inicio de la pandemia. Con una cantidad sin precedentes de personas confinadas en sus hogares durante gran parte del día, los proveedores de banda ancha se encuentran al límite para proporcionar las velocidades necesarias para trabajar y estudiar en casa y, por supuesto, para cumplir con nuestros requisitos de visualización. En Italia, Telecom Italia informó un aumento del 70% en el tráfico debido a los maratones de videojuegos durante la cuarentena. Con el consumo de medios llegando a un máximo histórico, estamos en medio de una crisis de consumo.
El comisionado de la UE ha pedido a Netflix que cambie a la definición estándar para aliviar la sobrecarga de internet. YouTube también decidió seguir su ejemplo y reducirá la calidad de sus transmisiones en Europa. Incluso el nuevo Disney Plus reducirá su calidad desde su lanzamiento. Según Statista, el 80% de las personas en el Reino Unido tienen televisores HD o listos para HD, por lo que es probable que los espectadores noten la diferencia en la calidad de transmisión en sus televisores. Curiosamente, esto podría resultar en un aumento del público que ve transmisiones de televisión para mantener la calidad de visualización.
En un momento en el que la educación online está a punto de convertirse en la norma a nivel mundial, una emisora de servicio público en Croacia comenzó a enseñar a los escolares a través de la televisión abierta. Si el comisionado europeo comienza a presionar para un mayor uso de estas capacidades, los broadcasters podrían llegar a ser aún más cruciales para la continuación de los servicios durante la pandemia. El documental de la BBC “Dirty Streaming: The Internet’s Big Secret” exploró el impacto de la industria del streaming y de nuestro uso de internet en la tierra. Las transmisiones televisivas no solo son más ecológicas, sino que también ahorran ancho de banda para otros servicios.
El número de personas que ven transmisiones de televisión ha aumentado notablemente, con un gran número de sintonizadores en todo el mundo siguiendo las orientaciones de sus líderes durante la crisis. Parece que el público está ávido de certeza y precisión, en un momento de gran inquietud, y está buscando en los broadcasters la información precisa que no encuentra en las redes sociales. Con las redes sociales demostrando ser una fuente de opiniones y desinformación, y los servicios de streaming comenzando a reducir la calidad de la imagen, la transmisión de televisión nunca ha sido más relevante.
Hay dos factores principales que inhibirán a los broadcasters en este momento. La naturaleza de su contenido y su capacidad para adaptarse y ser flexibles. Aquellos que dependen principalmente del contenido de eventos en vivo serán los más afectados. Gracias a una gran cantidad de cancelaciones en los próximos meses, la fuente de contenido fresco se secará de manera eficaz. La salvación de los broadcasters radicará en su capacidad de ser flexibles y adaptarse. Aquellos que trabajan de forma remota y mantienen la flexibilidad, estarán mejor preparados para enfrentar los obstáculos que se avecinan, siendo el más difícil de ellos la pérdida inmediata de ingresos por publicidad. Sin embargo, es probable que esto experimente una mejora cuando las compañías comiencen a retomar sus negocios y busquen marketing para recuperar sus pérdidas.
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