¿Cuál es su punto de vista acerca del momento que vive la industria?
Esta es una industria que está en pleno proceso de cambios de manera constante, van desapareciendo tecnologías que en su momento fueron novedosas y hoy van quedando obsoletas. Ciertas formas de transmisión y transporte de señal, que en su momento fueron novedad, van dejando lugar a otras que parecían imposibles. En este momento, las señales están especializándose las señales y ya nadie acepta la televisión con grilla porque ya es totalmente on demand. De manera que siempre hay sorpresas, con innovación constante y contínua. De hecho, en tecnología estamos viviendo una transición de la tradicional ingeniería broadcast hacia la tecnología IP donde todo tiene que ver con la informática. Entonces, cambian las especializaciones, los problemas y los conceptos. Estamos en esa transición.
¿De qué manera se reflejan estos cambios en el mercado argentino?
Repercute como en todas partes del mundo. Los grandes medios necesitan estar al día para no morir, algo que es completamente diferente con los medios en el interior del país donde la falta de presupuesto y la menor demanda, hace que los procesos sean más lentos; pero la verdad es que quien no se adapte a las nuevas tecnologías va a estar muy complicado, especialmente porque si su competencia se actualiza puede quedar fuera del negocio.
¿Cómo encuentra este estado de situación a SVC?
La innovación es precisamente el negocio de SVC. Si nosotros pretendiéramos seguir vendiendo como hace 20 años, habríamos desaparecido hace rato. Estamos en una posición de renovación, reinventándonos constantemente, y creo que vamos bien. Lo hicimos a lo largo de 35 años y deberemos continuar por ese camino. Por eso contratamos gente constantemente, que va trabajando y se va capacitando para poder dar una respuesta acorde a las demandas de la industria. Está claro que nosotros no imponemos la tecnología, viene y nos tenemos que adaptar a ella. No podemos vender o hacer proyectos con tecnologías que quedaron fuera de la innovación.
Ahora bien, éste es un año particular porque no hay ningún sector del mercado que no haya sido afectado por la profunda crisis que estamos atravesando. Pero lo bueno es que estamos acostumbrados a ese tipo de cosas y consideramos que hay que ser positivos. Siempre hemos salido de las situaciones críticas y esta vez no será distinto. Todo tiene un principio y un fin.
¿Qué ventajas y obstáculos detecta para el desarrollo de sus negocios?
En este momento, la gran ventaja es la apertura. Podemos traer la tecnología siempre que la querramos y en el momento que la necesitemos, no como en otros tiempos que era muy complejo recibir las autorizaciones. La otra ventaja es que los clientes VIP, tradicionales, siempre requieren de esas innovaciones para concretar sus proyectos.
La desventaja es para las empresas pequeñas y medianas que se ven muy afectados por el tipo de cambio, digamos que pagan más del doble, y eso produce una recesión muy importante para quien tiene sus proyectos, razón por la cual los congelan hasta un mejor tiempo.
¿En qué medida la innovación y el contexto influyen en el posicionamiento de la empresa?
Somos realistas, vemos los cambios y por eso vamos a las exposiciones. Viajamos y hablamos con nuestros pares del exterior. La influencia de la innovación ha sido siempre la misma desde que empezamos con nuestra empresa. Y vivimos muchos cambios que revolucionaron la industria, donde no hubo vuelta atrás. Vimos el U-matic, la primera casetera que fue una revolución, asistimos a la desaparición de los tubos CCD, la tecnología de grabación de discos y la edición no lineal. Cada una de ellas ha hecho impensable volver a trabajar en la anterior. Ahora estamos viendo, aunque a ritmo lento, la tecnología IP, y en otros segmentos la consolidación de la iluminación con la tecnología LED, que también hace impensable volver a poner luz de tugsteno en cualquier estudio del mundo. Por más que nos regalen las luces, hay factores tales como el consumo que lo hacen prohibitivo. Estamos hablando de 10 a 1, sin mencionar los aires acondicionados y los insumos que se queman en forma constante. Y todo este tipo de situaciones vienen pasando constantemente desde que tengo memoria.
Como compañía, todos estos cambios nos encuentran muy bien posicionados en el mercado. Somos dinámicos y no somos oportunistas, estamos acá porque es lo que hemos hecho toda la vida y está claro lo seguiremos haciendo. Esto exige que nos rediseñemos constantemente para poder continuar.
¿Ha podido SVC consolidar sus proyectos en Cono Sur?
Trabajamos actualmente en una serie de proyectos en dos países vecinos, con fuerte presencia, y además estamos abriendo una oficina en un tercero. Ya se armó toda la sociedad establecida, con la idea de expandirnos pero a un nivel manejable. No queremos abarcar más. Un negocio, cuando se lo maneja en forma remota termina, no funciona. Tener una oficina, por ejemplo, en la Guayana (para no ofender a nadie) significa visitar a los clientes al menos una vez por mes. Y si son cinco los países, hay que hacer lo mismo; y en definitiva, la relación costo beneficio con toda la logística que supone, no tiene mucho sentido salvo que sea un negocio millonario. Pero el mercado broadcast, es acotado y nuestra modalidad no es vender por show ni por publicidad: operamos en forma personalizada porque vendemos soluciones, no vendemos commoditiesni cajas. De vez en cuando el cliente compra una caja porque así lo resuelve, pero nuestro concepto no es ese. Para vender cajas no se necesita tanta estructura.
Recientemente, la acción más importante de SVC en Cono Sur ha sido En Bolivia donde hicimos todo un sistema de noticias en Santa Cruz y La Paz, y ahora haremos una tercera ciudad.
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