La gala de la 30° edición de los Goya tuvo doble acento argentino, con el premio a mejor película iberoamericana por El clan, y el premio a mejor actor a Ricardo Darín por su protagónico en Truman, la película triunfadora de la noche con cinco galardones: mejor película, director (Cesc Gay), actor secundario (Javier Cámara) y guion adaptado (Gay y Tomás Aragay).
En cuanto a la presencia latinoamericana se completó con el premio a mejor película iberoamericana, que ganó la coproducción hispanoargetina dirigida por Pablo Trapero -estuvo ausente con aviso-, también compitieron Vestido de Novia, de Marilyn Solaya (Cuba); Magallanes, de Salador del Solar (Perú) y La once, de Maite Alberdi (Chile).
Más allá de Truman, los Goya estuvieron muy repartidos: Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet, se llevó los galardones a mejor música original (Lucas Vidal), maquillaje y peluquería, diseño de vestuario y dirección de producción. El mejor guion original recayó en Fernando León de Aranoa por Un día perfecto.
Mientras que la gran favorita, La novia, la adaptación que Paula Ortiz ha realizado de las "Bodas de sangre" de Federico García Lorca, se llevó solo dos (mejor dirección de fotografía y actriz de reparto para Luisa Gavasa) de los doce Goya a los que aspiraba.
A cambio de nada consiguió los de dirección novel para Daniel Guzmán y actor revelación para Miguel Herrán; El desconocido, los de montaje y sonido y Palmeras en la nieve" los de mejor canción original (Pablo Alborán y Lucas Vidal) y mejor dirección artística. Anacleto, agente secreto mejores efectos especiales; Un otoño sin Berlín el de mejor actriz revelación para Irene Escolar; Un día perfecto, mejor guion adaptado; Techo y comida, mejor actriz, para Natalia de Molina y el de animación para la taquillera Atrapa la bandera.
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