En los Estados Unidos, los ingresos por suscripción de OTT en realidad superaron los ingresos de las salas de cine en 2017, y se espera que el Reino Unido siga esta tendencia a fines de 2018, indica un estudio de Ampere Analysis. En China, el punto de inflexión seguramente suceda en 2019.
Al tratar de explicar la tendencia, Ampere pregunta si las entradas para el cine eran demasiado caras y en nueve de los 15 mercados estudiados (Australia, Francia, Alemania, Japón, Países Bajos, Suecia, Turquía, EE. UU. y Reino Unido), el precio promedio de un boleto de cine era superior al de un mes de suscripción a un servicio SVOD.
En México, un mercado con alta asistencia al cine, Ampere descubrió que el precio promedio de un servicio SVOD era casi el doble que el precio de una admisión al cine. Los dos mercados con la menor asistencia al cine fueron Japón, donde las entradas de cine son casi el doble del precio SVOD promedio, y Alemania, donde las entradas de cine son aproximadamente un 50% más altas.
Sin embargo, en todos los mercados encuestados se encontró que eran más ávidos a ir al cine que uscribirse a SVOD, y en nueve de los 15 mercados de Ampere cubiertos por el Servicio al consumidor: Brasil, Japón, México, Países Bajos, Polonia, España, Suecia , Reino Unido y EE. UU.
"Nuestro análisis revela que aunque hay diferencias en el costo de la asistencia al cine por país, hay un claro interés por el contenido entre algunos consumidores, ya sea en la pantalla grande o en una más pequeña", comentó Toby Holleran, analista senior en Ampere Analysis. “La clave para el cine es entender que, si bien los suscriptores de SVOD son más aficionados al cine, este no siempre es el caso. Por lo tanto, la experiencia compartida de ver una película en la pantalla grande debe seguir siendo atractiva, y de precio realista", agrega.
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