Por CARLOS MORELLI
San Sebastián es en este 2016 la Capital Europea de la Cultura. Y la sexagésimo-cuarta edición de su festival cinematográfico, el histórico Zinemaldia, estuvo absolutamente a la altura de la oportunidad y del compromiso. Nunca antes hubo una edición tan desbordante, tan rica y tan diversificada. En cuanto a la programación cinematográfica, claro está. Pero también en lo referente a sus iniciativas y actividades por el desarrollo cinematográfico español, europeo, latinoamericano y mundial. Y en sus visitas. Y en sus celebraciones. Y en su diversificación.
La competencia oficial, cuantiosa y de buen nivel, tuvo un jurado presidido por el ilustre y siempre vigente realizador danés Bille August. Y la Argentina, triunfadora visible y plural de este año, situó junto a él – y entre varios notables - a la directora Anahí Berneri. Las secciones Zabaltegi (por primera vez competitiva), Perlas de Otros Festivales y Nuevos Directores vieron, asimismo, particularmente nutridos sus respectivos listados. Mientras que los apartados Horizontes Latinos y Made in Spanish cumplieron muy dignamente su rol divulgador. La retrospectiva dedicada a Jacques Becker fue un banquete aparte. Y, hablando de banquetes, la sección Culinary Zinema reiteró con particular lucimiento su combo de cine gastronómico seguido de cena de película.
Dentro de un palmarés oficial razonable (y ante un panorama sin grandes favoritas) la Argentina se quedó con dos premios para “El Invierno”, excelente “opera prima” de Emiliano Torres que cosechó el Premio Especial del Jurado (compartido con la sueco-danesa “El Gigante”) y el Premio a la Mejor Fotografía a la espléndida iluminación con la que Ramiro Civita capturó el paisaje patagónico nevado. El protagonismo triunfal de nuestro cine se extendió a otras distinciones. El premio al Mejor Proyecto del Foro de Coproducción Europa-América Latina para “7.35 a.m.”, de Javier Van de Couter. Dentro de ese mismo marco, una mención para “Hogar” (Italia/Argentina), de Maura Delpero, y otro galardón para “Los Días Según Ellos” (Argentina/España/Francia), de Juan Pablo Félix. El premio de Cine en Construcción para “La Educación del Rey”, de Santiago Estéves. Y más. También hubo mucho y festejado cine argentino en distintas secciones de la programación. Incluyendo una divertida “travesura” de Gastón Duprat y Mariano Cohn inspirada en el asado nacional. Y una extensa y variada delegación tuvo como entusiasta y muy activo referente central al Presidente del INCAA, Alejandro Cacetta.
Para recordar especialmente de esta edición en más de un sentido extraordinaria. La multiplicidad infinita y siempre sonriente del Director del evento, José Luis Rebordinos. El óptimo desempeño del cine español en la competencia oficial, con los “picos” de “El Hombre de las Mil Caras”, de Alberto Rodríguez, y “Que Dios nos Perdone”, de Rodrigo Sorogoyen, más el encanto de “La Reconquista”, de Jonás Trueba. La exposición fotográfica evocativa del único paso de Alfred Hitchcok por San Sebastián con “Vértigo”. Y dos placas que resumen el genio malicioso del “Mago del Suspenso”, a ambos lados del cristal. En una, él mismo se expone en una vidriera. En la otra, desde la calle mira, deleitado, el escaparate de una empresa… de pompas fúnebres.
EL PALMARÉS OFICIAL
Concha de Oro a la Mejor Película: “Yo no soy Madame Bovary”, de Xiaogang Feng (China).
Premio Especial del Jurado (ex aequo): “El Invierno”, de Emiliano Torres (Argentina/Francia), y “El Gigante” (Suecia/Dinamarca), de Johannes Nyholm.
Concha de Plata a la Mejor Dirección: Hong Sang-Soo, por “Tú Misma y Tuya” (Corea del Sur).
Concha de Plata a la Mejor Actriz: Fan Bingbing, por “Yo no soy Madame Bovary”.
Concha de Plata al Mejor Actor: Eduard Fernández, por “El Hombre de las Mil Caras”, de Alberto Rodríguez (España).
Premio del Jurado al Mejor Guión: Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen, por “Que Dios nos Perdone”, de Rodrigo Sorogoyen (España)
Premio del Jurado a la Mejor Fotografía: Ramiro Civita, por “El Invierno”.
LOS “TOP TEN”
POR SIEMPRE ÁNGELA. La indeclinable, españolísima y verdaderamente internacional Ángela Molina fue la personalidad ungida con el Premio Nacional de Cine de esta edición. Entregado por el Ministerio de Cultura, el galardón recayó con justicia plena en una figura de identidad absolutamente magnética y de trayectoria tan múltiple como deslumbrante.
LA PASIÓN, EN FILA. Durante las nueve jornadas, un espectáculo aparte fueron las interminables filas de público armadas en la larguísima vereda del Kursaal desde una hora antes de cada función. Bajo un sol abrasador o bajo una lluvia pertinaz, la pasión por el cine de repetidas o renovadas multitudes brindó imágenes especialmente estimulantes.
FAMOSOS Y PREMIADOS. Los elegidos para los Premios Donostia de este año fueron Ethan Hawke y Sigourney Weaver, verdaderas estrellas del cine angloparlante. Las respectivas ceremonias sumaron la magia de los protagonistas (en especial de la inmensa actriz) y fervor de las abultadas plateas, y confirmaron el acierto de los organizadores al decidir estas honras.
LOS HOMBRES DEL CINE ESPAÑOL. Luego de “La Pata Quebrada”, documental con el que homenajeara a tantísimas mujeres del cine español, ahora Diego Galán presentó en el festival “Mande Huevos”, dedicada a sus actores. Jugando en especial con la era franquista, el director sorprende y divierte con hallazgos como un Raphael cantando con ropajes de fraile o una virgen de madera que habla y se queja del comunismo ruso.
HUGH GRANT, PARA LA TERCERA EDAD. El galán “very british” Hugh Grant estuvo para presentar la deliciosa “Florence Jenkins” y, lejos de sus célebres perfomances con “call girls” y en auto estacionado, confesó vivir una etapa de serenidad y dedicarse a los tranquilos halagos de señoras mayores… y de a pie.
GOLPE AL CORAZÓN. Luego de su lanzamiento en la competencia oficial de Venecia, “Frantz”, la última maravilla de François Ozon, aterrizó en la gran fiesta vasca. Filmada en blanco y negro, hablada más en alemán que en francés, con figuras emergentes de ambos orígenes, el director propone una suerte de “Lo que no Fue” con el fondo de la Primera Guerra Mundial. Y alcanza un resultado singularmente bello y conmovedor.
EL SEÑOR DEL PULPO Y LAS SARDINAS. Miguel, el ya célebre empresario gastronómico peruano al frente del restaurante portuario más concurrido, sigue engrosando su clientela de notables. Comida de mar, fresca, simple y perfecta; decoración marinera sin fisuras; trato personalizado y cordial, charla amena e invitación con vinos y aguardientes navarros. Ensalada de pulpo y sardinas asadas: la fórmula perfecta.
TODO SOBRE EL ASADO… Y MÁS. Ya que estamos en el tema. En el peculiar apartado “Cine Culinario” esta vez nuestro país ofreció una rareza del binomio Gastón Duprat – Mariano Cohn, que venían del triunfo veneciano y la Copa Volpi para Oscar Martínez por “El Ciudadano Ilustre”. En un descanso de sus faenas “normales”, los muchachos crearon “Todo Sobre el Asado”, un documental que informa, revela y desmitifica sobre el protagonista esencial de la comida argentina. Luego de la “premiere” donostiarra, hubo un festín neroniano de lomo argentino y chuletón vasco.
OLIVER STONE, EN PLENA FORMA. Tiene su legión de seguidores. Tiene sus no pocos detractores. Pero lo cierto es que el cine de Oliver Stone sigue luciendo animoso, corajudo y potente en sus testimonios y en sus denuncias. Presentada en la sección oficial del festival, “Snowden” interesó vivamente con su investigación sobre el hombre que develó los documentos del programa secreto de vigilancia mundial de la NSA.
GEMMA Y KORO, PARA QUERER. Gemma Beltrán y Koro Santesteban son las irremplazables Jefas de Prensa del Zinemaldia. Una, encargada de los periodistas extranjeros; la otra, atendiendo a sus colegas españoles. Ambas ofrecen una sólida y encantadora suma de autoridad, calidez, buena disposición y amistad hacia sus cientos de invitados y acreditados. Es un placer encontrarlas cada septiembre en funciones, y también reencontrarlas a veces en otros festivales para brindar por el San Sebastián que viene.
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