Como parte de su nuevo modelo de operación en Hispanoamérica, Telefónica Movistar renuncia a sus concesiones de espectro radioeléctrico en México y devolverá de forma escalonada, hasta el 2022, su espectro de acceso ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para reducir sus costos operativos en la región. Aunque mantendrá su red de transporte.
Tras el acuerdo con AT&T en el país, Telefónica México había confirmado que regresaría gradualmente espectro al Estado mexicano a medida que migre su red inalámbrica mayorista de última milla a redes de la filial de la empresa de telecomunicaciones norteamericana, con quien firmó un acuerdo por un mínimo de ocho años.
Con este movimiento, Telefónica no busca salir de México o del resto de los siete países de la región donde está presente (Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela), sino que realiza otro tipo de negocios para mantener su operación y permitan a sus filiales de Hispanoamérica, a través de socios -como AT&T- o inversionistas a largo plazo, evitar ser una carga para el Grupo Telefónica.
Otro factor de la renuncia es el alto valor del espectro en México, comparado con otros países latinoamericanos. Aunque la política conservadora del Grupo se vio recientemente a fines del pasado año en Colombia, cuando se bajó de la subasta de bandas bajas y altas.
Sin embargo esta renuncia a espectro preocupa a especialistas de telecomunicaciones, ya que la empresa se vuelve menos competitiva con solo ofertas que pueden desplegar los otros operadores, en este caso, sus socios.
Una vez devuelto, el Estado puede volver a asignar el espectro de Movistar por medio de licitaciones, aunque muchos especialistas consideran que se deben mejorar las condiciones del mercado para que las empresas estén interesadas en adquirir el espectro y evitar que las licitaciones queden desiertas.
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