Tras ser vetada en India junto a otras 59 apps chinas por seguridad nacional, la app de videos cortos TikTok debe vendar finalmente las operaciones estadounidenses a una empresa de los Estados Unidos, o de lo contrario será bloqueada en el país por “preocupaciones de seguridad nacional”. Microsoft ya está en conversaciones. La aplicación está en el centro del tablero entre EEUU y China quienes se dirimen la hegemonía tecnológica en el siglo XXI.
El secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, declaró que la aplicación, muy popular entre los jóvenes, simplemente “no puede existir como ahora”, dos días después de que el presidente Donald Trump adelantara que planea prohibirla.
“Todo el comité está de acuerdo en que TikTok no puede permanecer en el formato actual porque corre el riesgo de enviar de vuelta información sobre 100 millones de estadounidenses”, dijo el funcionario y señaló que existe un consenso en “forzar una venta o bloquear la aplicación”.
En tanto, Microsoft, que solo tiene a LinkedIn como el único referente en el segmento de las redes sociales, ya tenía en marcha las negociaciones para comprar las operaciones estadounidenses de TikTok, que es propiedad del gigante chino Bytedance. Sin embargo, según publicó el Wall Street Journal, las conversaciones se suspendieron ante las amenazas de Trump. La propuesta, todavía en fases iniciales, ya ha ganado el apoyo de algunos allegados de la Casa Blanca.
Ese medio detalló que entre los planes está crear 10.000 empleos en territorio estadounidense en los próximos tres años, y la condición de que Zhang Yiming, fundador de Bytedance, venda gran parte de su participación en la empresa.
Los videos divertidos de TikTok y su facilidad de uso lo ha hecho inmensamente popular, y gigantes tecnológicos estadounidenses lo ven como una amenaza competitiva, incluso sus rivales Facebook y YouTube tienen a punto copias como Reels o Shorts. En Estados Unidos hubo 165 millones de instalaciones de la app, aunque los usuarios reales totales ronden más bien los 100 millones, pero ya cosecha más de 2 mil millones de descargas a nivel global.
La red social propiedad del gigante chino Bytedance, ha hecho esfuerzos para distanciarse de su país, incluso al nombrar un CEO estadounidense que proviene de Disney, Kevin Mayer. También, TikTok salió rápidamente de Hong Kong cuando se promulgó la nueva ley de seguridad, mientras niega que haya cedido datos de usuarios al Gobierno de Pekín.
China es consciente de la importancia de los propietarios de las principales aplicaciones. En su país no deja operar a Facebook, Google o Twitter. Hoy no hay pruebas de que China haya empleado datos de TikTok ni le haya exigido nada a la compañía. Pero los anuncios o el algoritmo son armas poderosas. Cambridge Analytica fue un escándalo porque pudo presuntamente perfilar a 80 millones de votantes y personalizar los anuncios. TikTok permitiría eso y más, rozando la perfección.
La app propuso abrir sus algoritmos a expertos para que vean qué tiene más peso al decir qué vídeos se vuelven virales y cuáles no. Toda transparencia es buena: “Creemos que toda nuestra industria debe ser sometida a un estándar excepcionalmente alto”, escribió el CEO de TikTok, Mayer, en el blog de la compañía. “Por eso creemos que las empresas deben revelar sus algoritmos, políticas de moderación y flujos de datos a los reguladores. No esperemos a que llegue la regulación”, añadió.
Como TikTok está sometido a una presión y amenaza exacerbadas es normal que ahora ofrezca de todo. No en vano, la propuesta de conocer mejor cómo un post de Facebook llega a lo más alto de nuestro feed es loable. Siempre quedará sin embargo el resquemor de saber si algo por detrás, que no vemos, inclina la balanza de un video viral.
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