¿Qué aporte realizará ahora desde el directorio del Enacom, tras ser presidenta del regulador, y cuál es su visión sobre las telecomunicaciones en Argentina, al transformarse en un servicio esencial en plena pandemia?
El rol que tendré en el organismo es totalmente distinto, ahora representado a la segunda minoría parlamentarias en el Congreso nacional. Si bien la tarea es la misma, el enfoque será diferente porque el directorio oficialista marcará sus propias políticas, mientras nosotros estaremos acompañando o no las decisiones de acuerdo a nuestro espacio político.
Respecto al sector, gracias a las inversiones realizadas en los últimos años, las empresas prestadoras de Internet respondieron bastante bien al aumento exponencial de la demanda, tanto en telecomunicaciones como provisión de Internet, producto del crecimiento de las videollamadas, el teletrabajo, la teleducación, etc. Las empresas argentinas pudieron sobrellevar la crisis, incluso mejorar el servicio en algunos lugares. Sin embargo, hay que seguir trabajando en políticas de despliegue de banda ancha porque es un país muy extenso y desigual y no tiene la misma cobertura en todas las regiones. Se debe fomentar la inversión privada para que haya más prestadores, sean competitivos y mejoren la infraestructura.
En este sentido, ¿Qué lugar ocupan los cableoperadores Pymes para el sector y cómo se los puede fomentar desde el Estado o el regulador?
Para que se pueda crecer en infraestructura a un ritmo sostenido deben ingresar más actores privados al mercado. Hay que hacer todo lo posible en materia regulatoria para Pymes de cables o ISP puedan seguir compitiendo con grandes empresas. Esto se realizó durante los cuatro años que estuvimos al frente del Enacom, que se sigue realizando al ofrecer los Aportes no reembolsables (ANR). Más allá que desde el regulador se pueda incentivar y apoyar a los pequeños, se necesitan políticas de largo plazo y reglas de juego claras para la inversión en un mercado que hasta los más pequeños están atados al dólar. Entonces, si no se estabiliza la economía de Argentina y no se generan reglas previsibles en cuanto a la política económica, será difícil que el sector pegue un impulso de crecimiento y desarrolle la nueva cobertura hacia la tecnología 5G.
¿Las altas cargas impositivas frenan a estas inversiones en infraestructura?
Hoy en el mundo hay crisis en el sector porque evidentemente la pandemia nos ha puesto en una situación crítica a nivel global, tanto en la exigencia de la cobertura de las telecomunicaciones como en la inversión y estabilidad financiera que necesitan este tipo de prestadores. Además de la política del regulador, Argentina debería pensar que tipo de país queremos a futuro porque hoy solo se proyecta en el crecimiento post pandemia a través del Estado. Con esto es muy difícil que grandes jugadores o medianos puedan apostar a un largo plazo. Las reglas del juego deben ser transparentes y duraderas en el tiempo, ya que este sector particular que en el mundo es un motor de desarrollo económico, hay que ofrecerles cierta tranquilidad en la economía.
Previo a nuestra gestión que finalizó el pasado año, el sector venía complicado respecto de distintas leyes y regulaciones con demasiadas exigencias para la obtención de las licencias. Pero en nuestros cuatro años generamos trámites a distancia y simplificación administrativa, la obtención de las licencias tardaba dos meses en telecomunicaciones. Así se hizo un avance muy grande.
¿Cómo se lleva adelante la reducción de la brecha digital?
Para reducir la brecha digital son centrales los aportes del servicio universal, a través de ANR y distintos proyectos e iniciativas junto con las provincias para apoyar a los pequeños operadores, con créditos no reembolsables para crecer en cobertura. También, por medio de un convenio con Arsat, a través del tendido e iluminación de la fibra óptica de la Red Federal de Fibra Óptica (Refefo). Esto debe continuar ante la situación crítica provocada por la pandemia para seguir ampliando la cobertura en el país con los operadores que están más en desventaja, sea por la zona o falta de mercado, ya que no es lo mismo un operador en el AMBA que en un pueblo de 10 mil habitantes. Hay que generar una igualdad en el mercado para desarrollar la competencia, sobrevivir a esta crisis y disminuir la brecha. Pero también hay que continuar con otras políticas que se han detenido y venían por fuera del Enacom, como las capacitaciones, puntos digitales, acceso a Internet en municipios y modernización del estado de los municipios. No solo hay que achicar la brecha a partir de tener una computadora sino también hay que enseñar como usarla y optimizar todas las herramientas informáticas para las nuevas generaciones, quienes se volcarán laboralmente en ese tipo de herramientas y hay que capacitarlos.
¿Cómo fue el desarrollo de la Televisión digital y cuánto sirve para la democratización de contenidos?
La TDT es una cuestión bastante singular porque no hay un modelo en el mundo con una infraestructura digital con antenas subidas al satélite, decodificadores, etc. Ya montada cuando asumimos, el organismo tuvo que sostenerla, que se hizo en gran parte gracias al Fondo de Servicio Universal y Arsat. La verdad uno se pregunta si era una prioridad en su momento montar semejante infraestructura con un costo millonario para que lo utilicen ciertas señales privadas. Una cosa es la TDA con los canales portados por el Estado, que incluso buscamos realizar concursos con un proceso transparente que finalmente quedó suspendido. Y otra diferente es la Televisión Digital con otorgamiento de licencias que se hizo durante cuatro años en diversas provincias con concursos. Hay que preguntarse si realmente es justo que la TDA, pagada entre todos los argentinos y con costos millonarios de mantenimiento de la infraestructura, tanto en antenas como operación satelital y decodificadores repartidos en todo el país, solo encuentre beneficiarios en un par de señales. Por eso me pregunto si eso es democracia al tener una cantidad mínima de canales. Entonces, la TDA es un sistema de TV estatal que porta las señales estatales como laTV Pública y Paka Paka, y un conjunto de señales privadas con el privilegio de llegar a todo el país, mientras la operación está a cargo del Estado.
Por último, ¿Cómo vislumbra la creación de contenido audiovisuales en Argentina, ante la suspención de grabaciones de ficción?
Hay un debate pendiente que tiene que ver con la producción nacional, que será necesario retomar porque está en crisis la producción de ficción nacional. Mientras otros países como España, México y Colombia crecieron en la producción de contenidos iberoamericanos y para el mercado hispanoparlante, Argentina tiene muy poca presencia en las plataformas y la producción nacional está en un momento crítico. Hay que pensar en una estrategia de reconversión de todos los sectores a nivel audiovisual para ser más competitivos, poder exportar y tener mucha más presencia en las plataformas con productos nacionales. Esto favorecerá a los actores, operadores y productores del país.
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