Luego de varias semanas de rumores, finalmente se confirmó que T-Mobile y Sprint acordaron fusionarse. El convenio, cuyo valor se estima en unos 146 mil millones de dólares, combinaría la tercera y cuarta mayores operadoras de telefonía móvil de Estados Unidos.
La integración, de ser autorizada por los reguladores de la competencia del país, dejará el mercado concentrado en manos de tres compañías junto a Verizon y AT&T.
John Legere, CEO de T-Mobile, quien encabezará la compañía resultante de la fusión, dijo en una llamada con reporteros el domingo que la firma planea ofrecer “la red de mayor capacidad en la historia de Estados Unidos”.
En un comunicado conjunto, las operadoras señalaron que la compañía resultante preservará el nombre de T-Mobile, tendrá una sede dual y será una “fuerza de cambio positiva en las industrias de red inalámbrica, de vídeo y de banda ancha”.
La suma de ambas empresas da lugar a una cifra estimada de 125 millones de clientes, lo que la situaría en segundo lugar en el mercado por detrás del grupo Verizon si el proceso sale adelante.
Sprint y T-Mobile tienen cada una un espectro valioso que teóricamente podría combinarse para una cobertura nacional superior para los clientes. La operadora tendrá la capacidad suficiente para sentar las bases de la red 5G en sus primeros años, gracias al espectro expansivo de 2.5 GHz de Sprint, el nacional de 600 MHz de T-Mobile y otros activos comunes.
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