El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha viajado a Latinoamérica con el objetivo de impulsar y poner en marcha la ejecución de su nuevo plan estratégico para Hispanoamérica, que contempla la segregación operativa de los negocios en la región, con excepción de Brasil.
Acompañado por Alfonso Gómez, Consejero Delegado de la nueva unidad Telefónica Hispam (ex jefe de la división Hispam Norte), y Laura Abasolo, Directora de Finanzas y Control del grupo Telefónica y máxima responsable final de esta nueva división latinoamericana, el principal directivo de la telco española ha concentrado su visita a los principales mercados como Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela, donde explicó la nueva estructura de Hispam, que contará con un equipo de gestión específico que abordará la ejecución del proyecto.
En la presentación del plan, Telefónica tiene por objetivo fundamental la atracción de inversores y la obtención de potenciales sinergias con otros agentes de los mercados, a través de operaciones como los acuerdos para la compartición de redes, como el establecido recientemente con AT&T en México, o como los que busca en Perú con Entel o en Brasil con TIM.
La empresa busca un doble objetivo de modular la exposición a la región, además de establecer las condiciones para maximizar su valor vía crecimiento, consolidación y posibles operaciones corporativas. Incluso Álvarez-Pallete,en la presentación del plan, se siente capaz a la empresa de crecer en esta región, si bien advirtió de que la fórmula tradicional se ha agotado.
“Tenemos que buscar la manera de reforzar las operaciones que tenemos en Latinoamérica. Y para eso, para reforzarlas, todas las opciones están abiertas. Es el momento de cambiar, de reinventarnos, de buscar cuál es la nueva fórmula de estar expuestos de manera rentable a esos mercados”, dijo.
En este sentido, Telefónica contempla todas las opciones, desde fusiones en filiales locales en algunos países a la entrada de inversores bien en la matriz bien del negocio, tal y como realizó en Telxius con la entrada de KKR y Pontegadea, bien en alguna de las divisiones. Tampoco sería descartable una desinversión por países, como ha realizado en Centroamérica este año, con la venta de las filiales a América Móvil y Millicom.
La operadora tampoco descartaría una salida a Bolsa de este negocio si las condiciones fueran favorables. Con la nueva división en Latinoamérica, Telefónica espera que alcance un valor de alrededor del 14% del grupo, es decir, unos 13.520 millones de euros (unos USD 15.000 millones).