A casi dos años de su reestructuración en América Latina, Telefónica se repliega en la región disolviendo su unidad Hispanoamérica porque ha mermando su contribución. Ahora los negocios de la multinacional de telecomunicaciones se enfocarán en cuatro mercados: tres europeos -España, Alemania y Reino Unido-, y Brasil, el único territorio que invita al optimismo en el continente americano.
Esta profunda reorganización, que también comprende la creación de una unidad tecnológica y de otra de infraestructuras, serviría para generar "más de 2.000 millones de ingresos adicionales", según los cálculos realizados por la empresa.
“Nuestras operaciones en Hispanoamérica eran hasta hace unos años el motor de crecimiento de la compañía. Sin embargo, las condiciones particulares en estos mercados han impactado en la evolución de nuestros negocios, mermando su contribución en los últimos años por distintos motivos (entorno macro y regulatorio, mayor presión competitiva, una escala insuficiente o la volatilidad de las divisas)”, señaló José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica.
Este plan de acción que da un vuelco a la estructura de la compañía, que incluso su presidente catalogó ante los accionistas como "sin ningún género de duda, el más importante" que ha escrito desde que asumiera la presidencia en 2016.
En un sector en reconversión y con las posibilidades de crecimiento limitadas, Álvarez-Pallete reconoció: “Las incertidumbres geopolíticas, macroeconómicas y regulatorias, y la elevada competencia en el sector requieren una asignación del capital cada vez más exigente”. Por eso, Telefónica pretende "priorizar España, Brasil, Alemania y Reino Unido, como mercados clave”. Al cierre del tercer trimestre, el grupo estaba presente en 14 países y los cuatro territorios resaltados concentraban el 63% de los accesos y el 80% de los ingresos, un llamamiento claro de hacia dónde se dirige el negocio.
Con los objetivos claros, Telefónica atraviesa una severa revisión de los activos de la compañía en América Latina, donde ha desinvertido en repetidas ocasiones durante los últimos años, como las recientes ventas de sus unidades en Centroamérica a Millicom y América Móvil, incluso entregando espectro para utilizar el de terceros como el acuerdo con AT&T en México.
En este sentido, Telefónica ha decidido poner en marcha una sociedad propia para los negocios en Hispanoamérica, un spin-off operativo segregado de la multinacional bajo una única sociedad de los negocios en Latinoamérica (salvo Brasil), con vistas a una forma de gestión diferente y a una posible venta o salida a Bolsa posterior.
En este ajuste, el consejo ha aprobado además la creación de dos nuevas unidades con amplias miras y un largo recorrido a futuro. Por un lado, Telefónica Tech aglutinará los negocios digitales con alto potencial de crecimiento (ciberseguridad, IoT/Big Data y cloud). Por otra parte, Telefónica Infra, apoyada en los activos de la sociedad participada Telxius, se dedicará al ámbito de las infraestructura, fundamentales para operar en el negocio de las telecomunicaciones.
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