El mercado audiovisual termina el año golpeado y condicionado por una crisis sanitaria a nivel mundial que ha acelerado la evolución hacia un nuevo modelo de negocio, todavía incierto, en el que lo digital se ha convertido en pieza esencial. El streaming fue la opción de consumo menos maltratada por la pandemia. Los meses de confinamiento trajeron consigo un aumento del consumo de vídeo bajo demanda y todas las plataformas vieron crecer su número de suscriptores y de horas de visionado. Las ganadoras a nivel global fueron las dos más potentes, Netflix, que sumó 30 millones de nuevas cuentas, y Disney+, que cerrará el año cerca de los 90 millones de suscriptores, cifra que superó todas las previsiones.
El lanzamiento de estas iniciativas se planteó como inversión a futuro, persiguiendo no solo renovar sus audiencias, sino también conseguir un tipo de explotación de contenidos más acorde con los nuevos tipos de consumo y, sobre todo, aprender del visionado conectado para crear productos y servicios más afines a su base de clientes.
Sin embargo, 2020 ha demostrado que no hay lugar para todos. Quibi, la plataforma de vídeo móvil, anunció el cierre a sus operaciones apenas medio año después de su lanzamiento. A pesar del extraordinario incremento de consumo de vídeo a través de móviles, el servicio no fue capaz de captar clientes potenciales ni de compensar los defectos estructurales de la compañía.
Los escasos márgenes del negocio del streaming en suscripción (el modelo estrella) necesitan escalar para rentabilizar el negocio. Todas las plataformas de nuevo lanzamiento que no han internacionalizado su negocio rápidamente cuentan, al menos, con planes de hacerlo a medio plazo. La distribución directa al consumidor es el eje central, ya que reduce considerablemente el número de intermediarios y también el contenido de terceros en circulación.
En este sentido, las discretas cifras de recaudación internacional de Wonder Woman 1984 (USD 38 millones de dólares) confirman que hará falta mucho esfuerzo para volver a llevar al público a las salas, por lo que 2021 podría ser otro año de incertidumbre para la industria.
Netflix era el rey del streaming, pero las cosas podrían cambiar ante el rápido crecimiento de Disney+ en su primer año de vida y la ofensiva que lanzará al mercado el año que viene (y hasta 2024). Disney+ cuenta con un plan ambicioso incorporando programación más adulta a través de su marca Star. El estudio Warner Bros, de AT&T, dio el paso más audaz cuando anunció planes para estrenar todas sus películas de 2021 en los cines y en el servicio de streaming HBO Max el mismo día. Warner Bros dijo que permanecería durante un año esta estrategia, descripta por el presidente ejecutivo de AT&T, John Stankey, como un “ganar-ganar-ganar”.
2020 fue un año que les permitió a estas plataformas redoblar sus apuestas, pero subsistir dependerá de su capacidad de adaptación hacia los nuevos modelos de consumo.
© Newsline Report 2020