La DMA, cuyo proceso comenzó hace unos 16 meses, define reglas claras que rigen las grandes plataformas en línea y tiene como objetivo, garantizar que ninguna gran plataforma en línea que actúe como guardián de una gran cantidad de usuarios, abuse de su posición en detrimento de otras empresas que deseen, para acceder a dichos usuarios.
Las grandes empresas tecnológicas consideradas "guardianes”, ya no pueden clasificar sus propios productos o servicios por encima de los de los demás; reutilizar los datos privados recopilados durante un servicio para los fines de otro servicio; establecer condiciones desleales para los usuarios empresariales; preinstalar ciertas aplicaciones de software; o exigir a los desarrolladores de aplicaciones que utilicen determinados servicios, como sistemas de pago o proveedores de identidad, para aparecer en las tiendas de aplicaciones.
Si un guardián viola las reglas establecidas en la legislación, corre el riesgo de recibir una multa de hasta el 10% de sus ingresos mundiales totales. En caso de reincidencia, se puede imponer una multa de hasta el 20% de la facturación mundial. Según las nuevas reglas, si un guardián viola las reglas al menos tres veces en ocho años, la Comisión Europea puede abrir una investigación de mercado e imponer soluciones conductuales o estructurales. Para asegurarse de que los guardianes no socaven las reglas establecidas en la DMA, la regulación también hace cumplir las disposiciones contra la elusión.
Cabe resaltar que para que una plataforma califique como guardián, debe haber tenido ingresos anuales de al menos 7500 millones de euros (USD 8200 millones) dentro de la Unión Europea en los últimos tres años, o tener una valoración de mercado de al menos 75000 millones de euros ( USD 82 mil millones), y debe tener al menos 45 millones de usuarios mensuales y al menos P10,000 usuarios comerciales establecidos en la UE.
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