La inversión en redes está creciendo en consecuencia de la demanda de ancho de banda generada por el video on demand. ¿Cómo harán los operadores para financiar esta inversión?
Las dos alternativas que se manejan son que la financien los clientes o los proveedores de OTT. En mi opinión, la idea es siempre beneficiar al cliente para generar una demanda continua que resultará en beneficios para todo el mercado. Por lo tanto, el dinero debería originarse desde el lado de los que distribuyen el contenido. En la actualidad, estamos avanzando en conversaciones con estas empresas para aliviar este tema, lograr que este negocio sea continuo y no haya algún quiebre en el mediano plazo. Estas empresas comenzaron su negocio sin necesidad de tener que pagar nada, sin embargo están comprendiendo que sin nosotros ellos tampoco pueden existir. Si los operadores no invierten en las redes el contenido no llegará con una buena calidad al usuario final. Para que este sea un negocio rentable y saludable los proveedores de streaming de video van a tener que sentarse y conversar con nosotros.
¿En qué cantidad está aumentando el consumo de video bajo demanda en América Latina?
Observamos que es una tendencia que está creciendo y madurando. Ya es una realidad debido a que hay una gran cantidad de consumidores. Sin embargo, el desafío y lo que será necesario para que se consolide este fenómeno es contar con la capacidad de ofrecerles a los usuarios y al cliente final un contenido fácilmente consumible. Esto quiere decir que si estoy en mi casa con un Smart TV o un decodificador, el cable-operador debería facilitarme el acceso a lo que quiero, por ejemplo, unificando las plataformas y los contenidos. Para esto se requiere una integración de toda la cadena de valor y de los ecosistemas de las compañías que manejamos los contenidos y su distribución. A raíz del creciente consumo, cada dos años tenemos que duplicarle el ancho de banda que les ofrecemos a los usuarios. La transmisión de video es lo que domina Internet, en la actualidad, por lo tanto, este es el principal motivo por el que tenemos que aumentar la velocidad y, este, se está convirtiendo en un desafío muy importante que debemos manejar. También, hay que tener en cuenta que la dificultad para ofrecer estos servicios recae en dos factores. El primero, es el desafío tecnológico: desarrollar una plataforma para ofrecérselo al cliente de una manera fácil, cómoda y en múltiples pantallas. Y el otro es el legal: de quien son los derechos de los contenidos. Como cable-operadores, nuestra misión es llegar a un acuerdo con los propietarios de los contenidos para coordinar la forma en que esos programas sean distribuidos.
¿La llegada del 4G a Latinoamérica ayudará a reducir el tráfico de las redes?
Puede alivianar las redes no solo el 4G sino también el Wi-Fi que cada vez más se torna como una estrategia adicional de los cableoperadores y, también, de otras empresas que ofrecen servicios de telefonía, que a su vez funciona como una forma de brindar un valor agregado y un servicio de fidelización. Ambas redes serán importantes para ayudar a enfrentar este desafío.
¿Hacia dónde cree que girará la tecnología del broadcast en los próximos años?
Vamos a ver una migración de contenidos de broadcast a contenidos IP y, allí, el desafío de los cableoperadores será tratar de migrar parte de sus redes instaladas relacionadas con el broadcast a redes más hibridas o IP. No me animo a decir que en el futuro las redes serán completamente IP ya que siempre en todas las tecnologías hay una convivencia que hace que existan dos o tres redes para brindarles servicio a los usuarios pero tarde o temprano la tecnología cambia.
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