Cuando la compañía comenzo la misión Protoflight en octubre pasado con el lanzamiento de dos satélites prototipo, KuiperSat-1 y KuiperSat-2, estableció una serie de pruebas para validar su tecnología y procedimientos de misión. Dentro de los 30 días del lanzamiento, lograron una tasa de éxito del 100% en sus objetivos clave de la misión, con cada sistema y subsistema principales a bordo funcionando nominalmente o mejor en órbita.
Demostrar una maniobra de satélite segura y controlada fue una de las pruebas más críticas al inicio, y alcanzar ese hito permitió a Amazon continuar con los experimentos durante los últimos siete meses. Las lecciones aprendidas de esos estudios han servido para determinar cómo Amazon administrará su constelación de satélites y la red de banda ancha mientras se prepara para comenzar a ofrecer servicios de conectividad de Kuiper.
El último hito en la misión Protoflight ha sido desorbitar Kuipersat-1 y Kuipersat-2. Como parte de su plan de mitigación de desechos orbitales y un compromiso más amplio con la seguridad y la sostenibilidad espacial, Amazon planea desorbitar activamente todos los satélites en el lapso de un año después del final de su misión, y esta fase final en la misión Protofight permitirá recopilar datos sobre el proceso de desorbitación a medida que bajamos gradualmente los satélites de su altitud inicial.
Durante los próximos meses, continuará utilizando los sistemas de propulsión activa a bordo de KuiperSat-1 y KuiperSat-2 para ejecutar una serie de maniobras controladas. En combinación con la resistencia natural de la atmósfera terrestre, esas maniobras reducirán gradualmente la altitud de los satélites a un alrededor de 217 millas (350 kilómetros), momento al que seguirá su desaparición en la atmósfera.
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